Alexis
Carrel, autor también de "La Conducta en la Vida", fue un médico, biólogo y pensador francés, que
unió la materia y el espíritu. Un extraordinario ejemplo de un hombre de
ciencia abierto a las honduras del pensar.
En
1933 fue convencido para plasmar en una obra sus reflexiones que unían la
inquietud humanista con la experimentación científica. Así, nació La incógnita
del hombre, obra que se convertiría en una suerte de Biblia para una generación
ávida de trascendencia.
En
la incógnita del hombre, el doctor Carrel denuncia las alteraciones que afectan
tanto al hombre moderno como a la sociedad industrial y tecnocratica
responsable de la confusión que afecta la esencia constitutiva del ser humano,
investigado sólo sectorialmente por la ciencia experimental moderna. En el
prólogo advierte que el autor del libro no es un filósofo, sino sólo un
científico quien busca la unidad y totalidad del conocimiento investigando en
los laboratorios sobre los seres vivientes y reflexionando sobre los hombres
para comprenderlos mejor: "por lo tanto - aclara - él no pretende de
conocer sino aquellas realidades que la observación científica abarca".
Pero para el doctor Carrel el campo de investigación científica no puede
ignorar aquellos espacios que la ciencia experimental y sectorial moderna ha
abandonado a la reflexión metafísica; por consiguiente el científico olístico
debe investigar no sólo al hombre como entidad fisiológica, sino también a su
espíritu como a su psique, a su mente como a su corazón, a su inteligencia como
a su alma.
Elaborando
su diagnosis de la sociedad moderna, Alexis Carrel destaca que la civilización
contemporánea se ha constituido según los caprichos de los descubrimientos
científicos, los apetitos, los espejismos, las teorías, los deseos humanos,
pero ignorando la verdadera naturaleza del hombre.
Las
expansión del confort, los avances tecnológicos han influenciado la
organización política y económica del mundo actual, provocando alteraciones no
siempre positivas en el hábitat del hombre contemporáneo, porque si los
triunfos de la inteligencia han proporcionado al ser humano riquezas y
comodidades, los valores morales han ido rebajándose, la razón práctica muchas
veces ha borrado las creencias religiosas; y si la vida moderna ha liberado al
hombre de muchas constricciones, al mismo tiempo ha suprimido la disciplina, el
esfuerzo, las normas éticas desviándose hacia valores falsos que adulteran el
buen éxito de la vida misma.
En
los años noventa del siglo recién pasado se desencadenó en Francia una campaña
de prensa para demonizar la memoria del doctor Carrel, intentando relacionar de
modo arbitrario la eugenesia voluntaria propiciada por el científico francés
con el darwinismo social y el racismo biológico nacional socialista.
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